Hola a todos! Soy Clara Carceller y formo parte de la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes de la sección de Castellón.
La primera vez que fui a Lourdes era el año 2004, yo tenía 10 años, si me preguntan cuál fue mi primera impresión, nunca he sabido muy bien cómo explicarla, simplemente me enamore de Lourdes, de lo que es, lo que representa y lo que te hace sentir ese pequeño punto del mapa. Después de aquel año supe que siempre querría volver a Lourdes, a los pies de la Virgen, porque allí se había quedado un trocito de mí.
El servicio con el que empecé, fue de aguadera debido a mi edad era el más apropiado. Cuando crecí empecé mi camino en el servicio de material, del cual soy responsable en estos momentos.
Nuestras funciones en la peregrinación, no es como pensáis, este servicio empieza a trabajar desde Castellón. Semanas antes de irnos quedamos el equipo que formamos material para preparar todo lo necesario para el viaje y la estancia allí: esto conlleva mucha organización, puesto que no nos podemos dejar nada. Una vez llegado el día de poner rumbo a Lourdes, con la ayuda de algún miembro del grupo de Jóvenes cargamos todo el material en los autobuses y al llegar a Lourdes se descarga todo y lo colocamos en el sitio, este trabajo se realiza también a la vuelta.
Durante los días en Lourdes, nuestro servicio trata de colocar una manta y un chubasquero en cada carro de los enfermos y también que en cada acto que se realicen estén cubiertas todas las necesidades.
A alguien que nunca haya peregrinado a Lourdes le podría decir: Ven, vive tu experiencia y descubre que es para ti, porque nadie podrá explicártelo igual que si tú lo vives en persona.
Hace unos años escuche una frase que me recuerda mucho a Lourdes: “Nada hay más fuerte que el corazón de un voluntario”. Pues bien, cada uno de los que peregrinamos a Lourdes es eso lo que somos VOLUNTARIOS. Y es allí, en Lourdes donde conseguimos recargar esas pilas que cada uno tenemos para poder seguir siendo voluntarios y estar al servicio del que nos necesita en nuestras ciudades y no solamente el Lourdes.