Saludos familia.

Mi nombre es Tania Mulet Callergues, y pertenezco a la Hospitalidad de Lourdes Segorbe-Castellón, en concreto a la sección de Vila-real. Me dirijo a vosotros con el fin de transmitiros mi testimonio sobre lo que significa para mí Lourdes y la admiración que siento por todos los que, como yo, vivimos y transmitimos el mensaje de María.

La primera vez que peregriné a Lourdes tenía 10 años y estuve sin salir del hotel, con 40 de fiebre, los días que duró la peregrinación. Ese primer año no lo recuerdo como una mala experiencia, al contrario, en mi interior sentí que simplemente era un comienzo distinto y que, como muchos de los que vamos a Lourdes, las dificultades alimentan nuestra voluntad. Si el deseo de la Virgen era que yo siguiera peregrinando, lo iba a
hacer siempre, pues desde ese momento no he dejado de ir al servicio y voluntad de la Virgen.

Amor, devoción, servicio y alegría son algunas de las palabras que mejor definen mis sentimientos por Lourdes.

Desde mi experiencia, Lourdes es un lugar donde la pena se calma y allí encuentra su refugio. Es complicado explicar todo lo que supone Lourdes si no has ido nunca. Allí he encontrado comprensión, amor, miles de emociones, personas que se han convertido en parte esencial de mi vida y recuerdos inolvidables: una mirada de mi madre, un abrazo de mi abuela, un beso de mi tía, una conversación con María, el testimonio de un peregrino, el dolor de un enfermo, el recuerdo de quien ya no se encuentra entre nosotros, la ayuda a los demás o la sonrisa de un desconocido; no se trata de explicar, sino de sentir. No encuentro mejor descripción de Lourdes que vivirlo, pues muchas veces los milagros no son solo algo físico sino un cambio en el alma.

Mi servicio en Lourdes es el de material y, además, soy la responsable del Grupo de Jóvenes, el cual es en primer lugar, un grupo de amigos y una familia. Es un grupo formado por jóvenes de entre 13 hasta 35 años y nuestra misión es vivir el mensaje de Lourdes de servicio y entrega, no solo durante los días de peregrinación sino durante todo el año. Nuestro grupo de jóvenes se reúne mensualmente para preparar las diferentes actividades que realizamos durante la peregrinación, entre ellas encontramos los regalos que cada año hacemos a mano para nuestros enfermos y la fiesta conjunta que celebramos con tantas ganas y alegría. Además, nos reunimos habitualmente para mantener viva la relación tan estrecha que nuestra devoción a la Virgen de Lourdes nos ha regalado.

Así pues, tenemos una forma activa de vivir la fe desde nuestra espiritualidad y ponerla en práctica a través del servicio a los enfermos. Es importante recalcar que somos un grupo vivo y comprometido con su Hospitalidad, que, como cualquier otro peregrino que viaja a Lourdes, encuentra a Dios a través de los ojos de los enfermos.

Peregrinar para nosotros es ir hacia la casa de María, por ello animo a todos los jóvenes, a participar en nuestras actividades y, por supuesto a todas las personas de cualquier edad, a peregrinar con nosotros a Lourdes para ofrecer servicio y recargarse

espiritualmente.

Os animo a todos a que vengáis a probar esta experiencia.